sábado, 24 de noviembre de 2007

LA VIDA DE OTRO


Paseando por una de las calles peatonales más concurridas de su ciudad descubrió que la soledad era su única compañera, se paró frente al escaparate de una tienda de moda y ahí quieto delante del enorme ventanal se quedó pensativo mirándose a si mismo, preguntándose ¿Cómo había sucedido? poco a poco el bullicio de su alrededor se fue apagando,el tráfico lejano, los gritos de los niños que corrían sin rumbo, los trozos de conversaciones que pasaban a su espalda dejando retales de frases incoherentes, con la mirada clavada en su propio rostro trató de recordar como había pasado, como pasó de dos a cero, del idilio a la tragedia, del dulce al amargo, ¿Qué? ¿Cómo? ¿Por qué? eran el inicio de todas las preguntas que le picoteaban el cerebro. Buscó respuestas en sus recuerdos mientras se llevaba un cigarro a la boca, el fuego del encendedor se reflejó en el cristal en mitad de su rostro, prendió el cigarrillo y apuró la primera calada sin soltar el dedo del pulsador del mechero, su mirada se centró en la llama como si esta fuera el oráculo en el que encontrar las respuestas a todas las preguntas perdidas, flases de recuerdos vinieron a su mente, felices momentos como sólo el paso del tiempo sabe moldear, el primer día que sus miradas se cruzaron, el primer beso, aquel atardecer al borde del mar viendo el reflejo del sol en sus ojos mientras su pelo ondeaba mecido por el viento que hacía que un mechón travieso correteara por su cara rozándole los labios, esos labios que eran aún más rojos con la suave luz del atardecer, ese instante perfecto fue borrado por el humo que salió de su boca, ese humo lo devolvió a la realidad borrosa de su vida, reanudó su marcha con la sensación de que durante esa época de su vida había vivido la vida de otro y con la terrible desazón de pensar que otro estaba viviendo ahora la suya.

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