viernes, 23 de septiembre de 2011

MIL MIRADAS FURTIVAS Y NOVECIENTAS NOVENTA Y NUEVE ESQUIVAS



Antes de que se cerraran las puertas del ascensor sus lenguas chocaron como dos locomotoras endemoniadas, avivadas con combustible etílico y engrasadas con el deseo de mil miradas furtivas lanzadas y novecientas noventa y nueve esquivadas.

Esa noche la música les tiró un lazo que se fue cerrando despacio, hasta que acabaron bailando alma con alma,como le gusta a Sergio Dalma, salvo por el último pasito, que sólo recorrieron tras el empujón de una ronda de chupitos.

Cítrico y salmuera, en la mano propia, en la mano ajena. Tequila de sabor amargo tragado de un trago que transforma el amago en atrevimiento. Consecuencia, la sal es derramada por el cuerpo, y un mochuelo se lanza al vuelo directo al cuello, mientras, el receptor del muerdo le ofrece el limón poniendo boquita de piñón.

Los picos de los tortolitos se juntaron, en un instante mágico que purgó el sistema y puso a cero la cuenta. Se separaron por un segundo y mientras se miraban a los ojos sacaron el guión de un largometraje lleno de pasión, que llevaba mucho tiempo esperando su publicación... ¡Luces! ¡Cámara! y ¡Acción!

Beso a beso, bocado a bocado, el auditorio se fue borrando y con cada abrazo el sonido de la música se fue alejando y el brillo de las luces se fue debilitando. Cuando sólo quedaban ellos dos, una frase les lanzó al exterior "...uff como además folles bien..."

En la segunda planta ya se retorcían los cuerpos buscándose los sexos, los dedos se perdían entre el cabello, y se empezaron a escuchar gemidos y jadeos mientras la adrenalina ascendía mil veces más rápido de lo que la cabina lo hacía.

Las puertas se abrieron y salieron sin mirar, unidos por una voracidad, que sin sentido les hacía girar, desplazándose adelante y atrás, con pasitos de pingüino con pantalones por los tobillos.

Sin separarse traspasaron el umbral y la cosa fue a mas. Todos los planos fuero arrasados por espaldas, nalgas y pies, y no quedó ornato ni decorado en posición vertical. Como un tornado recorrieron las estancias follando, en una tras otra, hasta llegar al baño.

Allí echaron el resto, con crema embadurnaros sus cuerpos y lubricaron aún más sus miembros. Espejito, espejito enséñame su cara mientras la tomo por la espalda. Espejito, espejito dile que empuje y que me siga mirando a la cara, mientras ya pienso en la siguiente jugada, en la que le siento en la taza y lo monto a horcajadas hasta secarle el alma.

La bañera fue el escenario del último acto, de la última batalla de una guerra sexual en la que casi no tuvieron tiempo de disfrutar, obstinados en machacar al rival y obsesionados por no dejarse doblegar.

Un murmullo monocorde de un televisor sin sintonizar, es el canto agónico de la ducha que no para de manar. Dos cuerpos y cuatro piernas yacen aplastados por una atmósfera despojada de salubridad, como peces fuera del agua dan bocanadas en busca de un último aliento vital.

Ese mismo aliento es el que también les había faltado quince años atrás, cuando no se atrevieron ni tan siquiera a hablar.


sábado, 17 de septiembre de 2011

ÁNGEL NEGRO



Un flequillo marrón, negro y dorado, cortado a bocados, hace de albero de unos ojos castaños difuminados por la bruma de un sempiterno cigarro, que se balanceaba temerario, en la comisura de sus labios.

La constelación de casiopea brilla marcada por metales y aretas, en nariz, ceja y orejas, y de fondo, un firmamento de planetas se desperdiga por su rostro en forma de pecas.

De su tobillo derecho nace un tatuaje en forma de enredadera que serpentea por su torneada pierna hasta la cadera. Con un invisible abrazo recorre su estrecha cintura y reaparece en el otro lado, como truco de mago, para seguir trepando por su cuerpo en dirección al brazo. Justo antes de llegar a la extremidad, hace un quiebro en diagonal, y culebrea travieso hasta la base del cuello. 

En mis brazos un ángel endemoniado yace plácido boca a bajo, con las yemas de mis dedos recorro su cuerpo sudado, dibujando principios amargos y finales azucarados. Al final de su espalda, donde mi mano no alcanza se alzan firmes dos nalgas aterciopeladas, que son templadas por la suave luz de la mañana que se cuela por la ventana. 

Se levanta despacio y se sienta de espaldas en el borde del camastro a la vez que me tiende el brazo.

Al incorporarse nuestras manos se van deslizando poco a poco hasta perder contacto, mientras se va alejando en dirección al baño.

Chasca el mechero que hace crepitar la plata mientras el caballero negro se hace etéreo.

Escuchando el bullir del veneno lloro por dentro, roto de amor, muerto de miedo. 



 

viernes, 9 de septiembre de 2011

LÁGRIMAS DE SAL, CORTO PARA EL SURFIlLM FESTIBAL

Os dejo el enlace del corto que hice para participar en el Surfilm Festibal de San Sebastián de este año. Aprovecho para agradecer la colaboración de Isabel Castelao, que le ha puesto voz al texto, y también a Jessica Rasmussen que lo tradujo al inglés para los subtítulos. Gracias a las dos.


Lágrimas de Sal por AmstelSurfilmFestibal

sábado, 3 de septiembre de 2011

TROZOS DE CARTÓN



Los días se suceden como las cartas de una baraja sin comodines, llenos de palos que esquivar, de espadas que tragar, de oros deslumbrantes hechos de cartón y de copas que me ahogan en mi propio sopor.

Me falta aire en la habitación, me sobra todo en el exterior, el camino de baldosas amarillas se me hace eterno, y a la vez me falta tiempo para pensar en un sólo deseo.

Las figuras me contemplan desde el techo con cara de desaprobación ¿Qué ostias miráis? ¿No tenéis reinos que reinar, o príncipes que cuidar, o fortunas que amasar?
Sois todos unos bastardos ilegítimos, e ilegitimados ¿Por qué os creéis con derecho a mirarme de lado? ¿Qué pensáis que estáis libres de ser juzgados?


La Sota de oros baila ingenua, ingenuos la adoran creyéndola crédula, en la pista se forma un corro, su brillo deslumbra en rededor por eso siempre se la follan con gafas de sol. En su mesita de noche unas cuentas brillantes llevan la cuenta de sus amantes, pequeños trozos de estrellas muertas, forman su colección privada de almas por entregas.

El caballo de espadas galopa al viento y con su filo corta cintas carmesí, prometiendo trozos del mismo cielo para ti y para mí. A él siempre le salen las cuentas pues cuenta con cuatro patas y dos piernas, aunque maneja mejor las manos, especialmente cuando las une en forma de cazo.

El rey de bastos bajo su sotana va descalzo, ahora trabaja en la tele desvelando las intrigas de palacio, sus hijas se casaron, sus hijos se descasaron, pero él prefiere dar lecciones al pueblo llano desde su peana de barro.

El as de oros mueve las manos como los magos, con una se atusa su pelo engominado, con la otra da palmadas y va recaudando. Las marionetas se mueven solas y el as, que es conde, nunca se esconde pues le gusta observar el devenir de su obra.


Los efectos del ácido se van evaporando, y las cartas se van mezclando. Me despierto sudado, enredado en un ovillo de estandartes, de escudos y de pendones desorejados de regusto amargo.

Por un momento me encuentro perdido y desorientado y el mundo me parece un vertedero fétido y putrefacto.Una punzada en mi cerebro me recuerda lo que quiero, y todo me vuelve a oler a rosas mientras busco mi teléfono.