martes, 2 de noviembre de 2021

SAN BERNARDO

 

Imagen: Claudia Wollesen en Pixabay 


De nombre certero y verbo sincero, viste piel negra como el cuero sobre un cuerpo torneado en acero.

Fina y brillante como alambre de plata, resistente y elástica como la tela de araña, pero cortante si la rompes como la hojalata.

Por dentro caramelo, algodón de azúcar, una cesta llena de fruta, una puerta abierta al país del goloseo.

Un alma llena de prosa, un corazón lleno de verso, dadle caballo y escudero y "desfacerá" cualquier entuerto.

Tras su paso un asfalto adoquinado de corazones hechizados, por el polvo de hadas de sus manos, por el hipnótico baile de sus brazos o por los conjuros de sus labios, da igual príncipes o sapos, ignorantes o ilustrados, rojos o morados, todos sucumben al poder de sus trucos de mago.

El sol la llama al triple escenario del universo, saltimbanqui, trapecista y malabarista, siempre es la reina de la pista. Y de pista en pista, recorre escalando, cuál alpinista, siempre los picos más altos, pues es en el frío más blanco donde habita su San Bernardo.