viernes, 29 de mayo de 2009

CULTURA BASURA

Corría el año 1648, España firmaba el tratado de Münster, por el que finalizaba la guerra con los Países Bajos. La república de las provincias unidas fue reconocida como estado independiente y el desgastado ejército Español abandonó la zona. ¿Todos? No amigos, todos no, un joven soldado, natural de Xixón, decidió quedarse a vivir en una floreciente ciudad a orillas del río Amstel. Locamente enamorado de una pelirroja de metro setenta que le sacaba una cabeza, decidió desertar y comenzar una nueva vida junto a su amada. Nuestro intrépido compatriota decidió poner un puesto en el rastro de la ciudad friendo patatas. Las vendía por raciones recién hechas en cucuruchos de papel. Añadió las recetas locales a su oferta culinaria logrando un éxito rotundo. Claro está, le fueronn saliendo imitadores, pero él tenía el ingrediente secreto, un extraño líquido verdoso que les daba a las frituras una textura y sabor incomparables. Era un mejunje aceitunado que le enviaban desde España sus familiares. Estos, contagiados por la buena fortuna que les contaba desde Ámsterdam en las cartas que enviaba, decidieron imitarle en iniciar la venta ambulante de comida para llevar. Añadieron a las famosas patatas unas bolas de carne picada típicas de holanda, que hicieron las delicias de todos los que las probaban. Mil veces interrogados por la receta de aquel suculento manjar siempre respondían que era secreto familiar, pero que era lo que comían los Vikingos antes de zarpar.

Aún hoy en día se puede ver la huella que nuestro emigrante enamorado dejó en aquellas tierras lejanas.



Esta foto fue tomada hace una semana en Ámsterdam (es El País, edición internacional, comprado en la estación central) frente a uno de los múltiples negocios que dan buena fe de la huella que dejó aquel joven Gijonés en la lejana Holanda.

Además, cualquiera que se pase por la "Escalerona" en el muro de San Lorenzo de Gijón, verá dos establecimientos de comida rápida, propiedad de los descendientes directos de aquella familia emprendedora que importó el negocio de la comida para llevar.

miércoles, 13 de mayo de 2009

FAST EXCUSE

Para ser un buen surfista hace falta: velocidad de reacción, capacidad de improvisación y sobretodo, buenos reflejos.