lunes, 15 de febrero de 2010

FUMO SIN TRAGAR EL HUMO

Tengo miedo de estar vivo y no moverme, de ser consciente de ser inerte, de una vida latente paralizada por la muerte.

Tengo miedo de quererte, de quererte y de tenerte, de besarte y olvidarte, y de tener que recordarte.

Tengo miedo de pensar, de soñar con un lugar en el que poderme quedar, tengo miedo de llegar, del principio y del final.

Tengo miedo de saber, de saber y no saber, de aprender a restar para poder crecer.

Tengo miedo a no temer, a creer en otro ser, y a creer que soy menos que él.

Tengo miedo de esperar sin pensar, de pensar en escapar, de avanzar sin mirar, y de mirar atrás.

Como sin querer engordar, bebo sin quererme emborrachar, fumo sin tragar el humo y río como el que más. Vivo como todos, para disimular.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Tengo q decir q no me gusta mucho leer pero tus historias me hacen pensar en mi vida y me alivia pensar q todo el mundo tiene "sus cosas" Lo haces muy bien.. de verdad

Fernando Ferrao dijo...

Muchas gracias, a veces no sé ni que contestar... el poner un poco de alivio en tu vida está muy por encima de mis espectativas, que son efectos colaterales totalmente inesperados que hasta me ruborizan.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Anónimo- BCN

No se quien vuelve a las andadas jejej

A mi me acongojan un poco pero en fin.

un abrazo

Fernando Ferrao dijo...

A las andadas, pero más controladas. BCN: sabía que no eras tu el primer comentario, no es una historia que te pueda hacer sentir mejor ahora mismo... Esta es un poco oscura, pero yo me la imagino como un cuento de miedo que se cuenta de campamento delante de la hoguera, te acuestas cagao, pero cuando despiertas ya casi no es ni un recuerdo.

Toral dijo...

callate eh!

que vengo del blog de Manolo tintin.. y el pocu respetu que te tenía........
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QUE GRANDE FER, QUE GRANDE!!

Fernando Ferrao dijo...

Ya lo había visto jejeje, pue ese día entré al agua disfrazado de torero y acabé tapando a contramano, esa foto si que no hubiera tenido precio.

Anónimo dijo...

entre el humo de la hoguera y el cuentecito casi me meo esta noche en la cama ;-)

pero si que me he despertado dos o tres veces jejej

un abrazo

Anónimo dijo...

A ver cuando nos deleitas, por lo menos a tus seguidoras cursis, con un cuento de esos en los que todos fueron felices y comieron perdices... que con el tuto de ayer ya tuvimos bastante jejej

que uno bonito nos puedes dedicar jeje aunque luego sigas con el lado oscuro, en fin....me callo que siempre he pensado que cayadita estoy mucho más mona y no se aceptan comentarios jocosos ok¿?

Fernando Ferrao dijo...

Pues mas cagao estaba yo la noche que lo escribí, con todas las frases y los pensamientos revoloteando por dentro de mis parpados. Lo bueno es que los paso al papel y me dejan en paz, pero hasta que no están escritos no puedo parar, muchas veches estoy hasta las tantas dándole vueltas.

Tampoco he escrito muchas de finales felices, de hecho la primera vez que nombré a las perdices era por estar harto de ver como se las comían otros. Pero bueno hablaré con el negro de Ana Rosa Quintana para que me diga trucos, jejeje.