viernes, 8 de enero de 2010

NOTAS DE AMOR EN UNA ALAMBRADA DE ESPINO

Notas de amor en una alambrada de espino, es la sinrazón que marca el destino.

Una música sin melodía tiñe de sepia la vida, una música, que antes no se oía, antes cuando todos los colores salían de los plastidecores, cuando los ratones cantaban canciones y cuando la luz se colaba por las perforaciones de las cartulinas, antes, cuando sólo nos hablaban de las flores y nunca de sus espinas.

La vida en una gota de agua salada que resbala por la espalda, mientras miles de palabras se ahogan en el fondo de la garganta.

Ya no se dice “lo siento”, ¿para qué aventurar el ego? ya no se dice “te quiero”, pudiendo decir “me quiero”, ya no hay abrazos sinceros ni preguntas hechas al cielo, sólo hay almas rotas rasgadas por el viento y miles de idiotas, que se pudren por dentro por pensar sólo en el dinero.

Profundas son las heridas del alma que campan a sus anchas cuando nadie sabe pararlas. Cálidos abrazos quieren curarlas, pero igual de cálidos fueron los brazos que acabaron por lacerarlas.

¿Para qué esperar un amor emparedado por el dolor de sufrir en la espera y en el adiós?

¿Para qué exponer mi alma si puedo pagar un apego que también es ciego y no quiere mirarla?


Notas de amor en una alambrada de espino, es la contradicción que marca el camino.

Las arrugas enmarcan su mirada escudriñando el mundo sin entender nada, cuanto más fija sus ojos, más profundas en su cara, pero todos los días por la mañana un ruiseñor lanza al viento sonidos llenos de afecto que él, traduce en palabras de aliento que le animan a buscarla.


Notas de amor en una alambrada de espino, evitando el dolor evitas el cariño.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Estos son de los que meten miedo por el cuerpo

Fernando Ferrao dijo...

Sólo da miedo si no escuchas al ruiseñor

Anónimo dijo...

Enhorabuena si tú escuchas el ruiseñor, felicidades!!