lunes, 18 de febrero de 2008

AVIONES DE PIEDRA

Cojeando, me esforcé por alcanzar la fila de niños que regresaban del recreo, la nostalgia me dificultó el avance, gritos y risas en blanco y negro me hicieron recorrer a duras penas los pasillos y las aulas. Recordé como en aquellos días cualquier tipo de objeto que cupiera en una mano era susceptible de acabar aterrizando en tu cabeza, todo un profesional en la esquiva de aviones con forma de piedra, de borrador o de tiza. Me quedé clavado en un día especial, un día en concreto en el que el más extraño de todos objetos acabó aterrizando en mis labios, lo más curioso fue que lo vi venir de frente caminando.

No hay comentarios: