Crece y crece la niña eterna, jugando por la pradera.
Crece y crece su alma entera, envolviendo a la tierra.
Y es en su locura donde duele tu cordura, y es con su frescura con lo que se aprieta tu armadura, y es en su libertad donde muere tu realidad, cuándo solo eres abeja comiendo del panal, sin saber que la miel es ella y su forma de amar.
Crece y crece la enredadera, escalando por mi pierna.
Crece y crece sin parar...
...de reír, de besar, de cantar, de abrazar...
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