Crece y crece la niña eterna, jugando por la pradera.
Crece y crece su alma entera, envolviendo a la tierra.
Y es en su locura donde duele tu cordura, y es con su frescura con lo que se aprieta tu armadura, y es en su libertad donde muere tu realidad, cuándo solo eres abeja comiendo del panal, sin saber que la miel es ella y su forma de amar.
Crece y crece la enredadera, escalando por mi pierna.
Dos laminarias en el fondo del mar, moviéndose al compás:
Ola viene shhhhhh
ola va shhhhh
Hola amigo shhhhh
¿Qué tal estás? Shhhh
Escuchando su baile no hace falta hablar,
perlas de luz y tranquilidad,
ojos de amabilidad y paz,
piel suave y dorada de tierna fragilidad.
Ola viene shhhhhh
ola va shhhhh
Y en ese fondo de arena blanca sobre el que danzan, hay una puerta abierta a su casa,
a su cama,
a su calma
y a su alma.
Ola viene shhhhhh
ola va shhhhh
Sus voces susurran tiernos abrazos, cuyos lazos no se pueden desatar,
dulces cantos de sirena
templadas caricias te anestesian
y ya no hay pena,
solo sol, agua y arena.
No se si estoy en lo cierto,
cierto que no estoy equivocado,
veo una gran montaña de helado
y un sofá que se junta por los lados,
por él ruedan dos dados, cuyas caras son besos y abrazos.
Rojo, par y pasa...
pasa por mi casa,
recoge mi alma, que flota por la estancia como una tela de araña.
Yo te prometo que no me saldrán las palabras,
que me tropezaré con mis ocho patas,
que no escucharé de que hablas y que se me olvidará quién soy yo a tu entrada.
Cuándo tengas sed seré agua,
cuando quieras volar seré ventana,
cuando quieras soñar seré almohada
y cuando quieras amor no seré jaula.
I just want to live and die,
drowned in your eyes and resurected by your smile,
in an endless day, in which your arms are either the sunset and the sunrise.
Y puede, puede que quizás, las acuarelas que salpican sus fronteras broten de sus propias venas, impulsadas por un corazón que bombea con la fuerza de una madre, de una hija y de una nieta, las cuales, habitan inquietas en una sonrisa eterna, que es morada para los que la quieran y espada para los que la teman.
Two chests are beating a present to be written,
two quills are rolling a future to be discovered,
one thought may connect two mouths toguether,
one second can seal two lips forever,
one breath can bridge the gap between two constelations,
one butterfly shall provide the vibration than change the polarity of our mutual attraction.
Y es el tarareo en la ducha el principio y el final, un hogar improvisado al que querer regresar.
Y es que "no tiene remedio, no tiene remedio"
que el corazón tire por el camino del medio,
que las burbujas de miel suban por la piel,
que las gotas de aceite, broten por la frente,
que un rostro extrañado, se extrañe de ser amado, por una mano que en su vientre baila un tango.
Y es que "no tienen remedio, no tienen remedio"
dos cuerpos queriéndose ser amados,
andando un camino que recorren a palpo
sin pretender llegar a ningún lado,
donde cada paso es un orgasmo y cada orgasmo solo es un paso que ya ha sido dado.
Y es que "no tiene remedio, no tiene remedio"
el repiqueteo de las campanas colándose por tu ventana,
los cascos de los caballos trotando por tu cama,
Cuatro ojos y una mirada, veinte dedos y mil ganas,
dos almas cabalgando dos cuerpos desbocados, que se comen a bocados, como peces recién pescados.
Y es que "no tiene remedio, no tiene remedio"
la aguja y el hilo
uniendo lo unido,
dos almas volando desde un mismo nido,
soñando un sueño cumplido, cuyo camino se ha recorrido siguiendo el sonido de un único destino.
¡Qué buen principio para un final!
Dos besos y un mirar,
una llave y un ajuar,
mucho amoooooor
y nada que guardar.
Y es que "no tiene remedio, no tiene remedio, no tiene remedio" ni principio, ni final.
En el fuego de una chimenea dos cuerpos se balancean al ritmo de las llamas,
rojo, azul y naranja titilan en sus miradas,
dos miradas encontradas buscándose ser avivadas, buscándose ser acalladas.
Qué se fundan los huesos y se mezclen los cuerpos en un caldo espeso de amor y besos...
Derramemos la marmita y follemos entre gusanos y hormigas, entre helechos y ortigas, que entre tu vida y la mía no quede un centímetro que no sienta la agonía de un orgasmo de un millón de días.
Quiero ser arenas movedizas y engullirte poco a poco entre
mis tripas, que te hundas en mi vientre y traspases mi pecho, quiero que halles
en mi tu lecho, aquí dentro entre mis ruinas, donde no hay suelo ni techo,
dónde no hay aristas ni espinas, dónde solo hay espacio sin
esquinas, un espacio que se amolda a la forma de tu cuerpo con la suavidad de
una caricia.
Todo espacio, todo despacio, acercándose las caras más
allá de las miradas, donde las narices mandan, donde las bocas demandan, donde se
comparten los alientos de dos fuelles eternos que exhalan miedos e inspiran
sueños, en un vaivén travieso que a veces es susurro y a veces es estruendo.
Y mientras respiramos,
se van gelificando nuestros cuerpos, volviéndose
blandos y esponjosos, volviéndose tiernos y fofos, y es en el país de
la gelatina donde desparece lo sólido y se funde tu piel con la mía, donde
no hay fronteras ni banderas, donde solo habita un extraño ser de dos cabezas, sin brazos ni piernas, que rueda y rueda, amándose por el filo eterno en el que se besan
el cielo y la tierra.
Un vaquero, un viajero, un aventurero, que trazó con su lapicero los sueños de uno y mil surferos en el más soñado de los lienzos.
Blanca la tabla, blanca la luz que afila su mirada cuando se agacha en busca de la curva soñada, la que ha de hacer la magia de unir alma y agua.
Por la ventana de un viejo pandereto destartalado se descuelga un cigarro medio apagado, que se recuesta socarrón en una sonrisa de medio lado.
Ni aquí ni allí, ni allí ni aquí, nada pasa y nada pesa, como el polvo que flota en el taller, se fue Miguel. Polvo somos y siendo polvo nos reencontraremos, en el país donde las tablas son de azúcar y los tubos de caramelo.
Y son los kilómetros los que hinchan los cuerpos, y es en los centímetros donde se mezclan los alientos, y son las palabras las que hacen vibrar las cuerdas de las arpas mientras la imaginación corretea por las camas.
Y es cuando el deseo corta, igual que un bisturí a una pelota, cuando el aire explota y se abalanzan las bocas, hambrientas la una del hambre de la otra, buscándose comer y que la coman.
Dos trenes encarrilados, dos trenes trenes descarrilados, dos trenes chocando y volviéndose a chocar mientras el vapor acumulado comienza a silbar.
Un cuarto transformado en un cuadro de Picasso, por él ruedan piernas, labios y brazos. Caras con gestos torcidos, miembros de semblante erguido, verbos volviéndose obscenos y deseos de serlo sinceros.
Pausas infinitas, por las que ruedan sobre los cuerpos, gotas de sudor movidas por la imaginación, serpenteando recovecos, subiendo y bajando por glúteos y pechos, trazando líneas rectas a lo largo de brazos y piernas y que acaban en bocas boquiabiertas que están cada vez más sedientas.
Garras clavadas, miradas cerradas, espaldas arqueadas, compuertas abiertas, dan paso a la riada.
Y es en los temblores donde se aferran los seres, y es en la falta de aire donde se unen las mentes, y es en los ríos crecidos donde agonizan los peces relucientes que solo querían ser queridos, y que ahora, por fin, podrán darse mimos.
Y es bajo los marcos de las puertas donde nacen las muescas, donde marcan más los besos no dados que los arañazos. Dónde los círculos cerrados son sueños soñados de una línea recta que se junta por sus lados.
Y es el sueño que me robas el sueño que me regalas, y son las velas que me alumbran el motor de un barco que navega silencioso por un mar de palabras, en el que mi alma intenta comprar alas en una tienda en la que solo venden anclas.
Poco más allá saben mis labios de como saben los tuyos desde que aquel sabor clandestino selló mi destino al más dulce de los yugos.
Y es el néctar que me brindas la más dulce de las cadenas, la que gota a gota me alimenta y entre tomas me condena, pues sacia una saciedad que potencia y que en ausencia se acrecienta.
Quiero ocultarme del amanecer, qué su sádica luz no me aparte de tu regazo, qué su hipnótico suceder no desenrede tu cálido abrazo, piel con piel, mano sobre mano, glúteos y pelvis perfectamente encajados
Dicen que a la noche le sucede el día, pero cuando pasas de ser a no ser mía es cuando se va la luz de mi vida, pues el sol es tu compañía y tu ausencia es una terrorífica noche vacía.
Poco más saben mis labios de como saben los tuyos, y es que ya ni saben saber si no están sobre tu piel.
El olvido es una rama de olivo
que siempre llevo conmigo,
sus frutos ya nos los comimos
y sus semillas ahora crecen hermosas a los lados del camino.
Verdes brotes del pasado
dando sombra con diferentes formas,
el sol se cuela entre sus hojas pintando titilantes huellas borrosas.
La caricia de la luz templa mis pies descalzos,
ahora se sienten fuertes,
ahora se sienten amados,
ahora saben que en los charcos también pueden navegar los barcos.
Hoy le digo adiós a mi soberbia, que te creía eterna.
Hoy le digo adiós a mi ira, que te culpaba de mis heridas.
Hoy le digo adiós a mi egoísmo, que creía que tú y yo éramos lo mismo.
Hoy le digo adiós a mi necesidad, que tenías que saciar.
Hoy le digo adiós a mi enfermedad, ahora que se que me venía a curar.
Hoy y ahora le digo hola a la libertad, a la libertad de volverte a amar.
Por las noches, perros y gatos duermen abrazados,
aullan a la luna nos lobos solitarios
mientras las farolas buscan a los que no quieren ser encontrados.
Vagan las preguntas abiertas
buscando las respuestas correctas
¿Para qué seguir buscando, si te las venden en la Teletienda?
Mientras piensas que estás pensando,
el tiempo pasa pesando,
el día que no valga el dinero, moriremos aplastados.
Esta noche las nubes, parecen el fondo del mar, la luna simula un agujero por el que poder escapar.
Y son los frutos prohibidos
los que emiten los más bellos sonidos
y es en los oídos necios, donde anidan recios...
...donde contigo y conmigo se hacen amigos sin haberse compartido.
Y es donde se rozan tu ombligo y mi ombligo
donde se encuentran los cuentos perdidos,
donde los sentidos toman sentido
y donde los sueños hacen un nido en el que cada noche me acuesto contigo.
Hoy dormiré despierto soñando con el corazón abierto, esperando escuchar de nuevo, el cuento de una reina y de su reino.
Y es la luz de una sonrisa la que moldea
a su antojo la brisa, la que transforma una tormenta en caricia, la que lanza a
la luna mil y una vidas, la que guía las miradas perdidas y la que hace crecer y
menguar a Alicia en el país de las maravillas.
Y son los ojos bien abiertos los que
dicen que no vieron, los que no creen ni creyeron, los que no pensaron que
mirando, pudieran estar ciegos… hoy esos ojos siguen cerrados y al desconcierto lo llaman milagro.
Milagros es una vecina mía que vive en
el tercero con su madre y con su tía, su padre bebía y bebía hasta que un buen
día, dejó de beber. Ahora Milagros tiene unas alas completas, que nadie puede
ver, con las que vuela cada día para ver
amanecer.
Qué nadie te corte tus alas ni te digan
lo que puede o no puede ser, solo será lo que tu creas solo serás lo que tú
quieras ser...
... y es la luz de tu sonrisa la que moldeará a su antojo la brisa, la que transformará la tormenta en caricia, la que lanzará a la luna mil y una vidas, la que guiará las miradas perdidas y la que hará crecer y menguar a Alicia en tu país de las maravillas.
Veo gente zozobrando, expertos hombres de la mar y del amar, caminantes de los caminos sin destino que siempre saben donde parar, escaladores de cumbres encumbrados por su propio escalar e intrépidos espíritus de tierra adentro que nunca miran atrás, todos ellos unidos por un mismo sentimiento, por una misma necesidad.
Veo gente partiendo, zarpando, cegados por amar el mundo reflejado esas dos esferas de cristal. Conquistadores valientes sin nada que perder, con todo por ganar, veo lobos y ratones, veo ciervos y leones, veo almas vacías y hasta cuerpos con dos corazones, que hipnotizados parten en pos de ese par de ínsulas marrones que parecen no pestañear.
Y es la luz de tu mirada, la trampa y la morada, de cientos de promesas aladas que revolotean por el filo de de una navaja que solo corta si la coges y no la quieres soltar.
Ámame si me quieres y quiéreme si me quieres amar, se quién eres, dame lo que tengas y nunca te pediré más.
Hoy no quiero tener pena aunque me duela, hoy no, hoy no quiero, viejo marinero, atarte ningún mal recuerdo, hoy compañero serás lo que yo quiera, ahora serás sol, serás salitre o arena... serás un alma feliz navegando entre marea y marea, serás el hombre de piel de cuero, de tranquilo pedaleo, que con gesto escueto saluda a cuántos conocidos se cruza por el paseo.
Hoy serás tu bicicleta, tus pantalones pesqueros, tu eterno viaje del camping al pantalán del puerto, hoy serás tu penetrante mirada a la mar, a la que mirabas como se mira a esa novia amada con la que siempre querrías estar.
Hoy, amigo mío, se que ya estás con ella para siempre jamás, por ello estoy seguro de que descansas en paz.
Gracias compañero por tu ejemplo, me quedo con ese cigarro compartido, esa charla, esa calma por las que solo puedo dar gracias por haberlas vivido y sentido.
Yo ese trocito de Chanca me lo quedo conmigo, tu charla y tu calma.
Había escrito 100 veces “te quiero”
rememorando en cada trazo, una caricia, un beso, un abrazo; paladeando tras
cada coma, un sabor, un tacto, un aroma; visualizando al poner el palito de la
“t” ese brillo hipnótico de unos labios entornados, justo en el instante que se
ofrecen para ser besados, ese momento mágico en el que todo cobra sentido, en
el que ese cuño vivo, húmedo y mullido
sellaba a la vez el final y el principio del camino. Clavó con chinchetas la
lista en la pared y salió de su casa, aún más orgulloso, aún con más sed.
-¿Quién eres? -¿Nos conocemos? -Tu cara me suena,
hemos coincidido en el camino todos estos años, pero nunca habíamos hablado
aunque yo siempre he estado a tú lado.
Yo era el niño pequeño e inocente que
jugaba con su hermana sin saber nada, que lo primero que conoció de la vida fue
la muerte, que no supo crecer sin tenerla, que se aferró a una pena y olvidó su
esencia.
Soy el que lloró su cara sin aprender nada, el que la recuerda solo
enferma, el que se tortura con el recuerdo de la envidia de los juguetes que le
regalaban... soy el que cambió a su hermana por una pena cruel que seguía viva
dentro de él.
Lo siento hermana, perdóname, no te fuiste para que yo no
aprendiera nada, no te fuiste sin que te amara, no te fuiste para que yo no te
enterrara y no te fuiste para que yo conservase una pena sin conciencia que no me aporta nada. No quería
que te marcharas y guarde tu cadáver frío y dañino junto a mi almohada, no te
dejé ir y me quede con lo peor de ti.
Lo siento Cristina pues es así como te
llamas, ya no quiero que tu nombre me provoque solo lágrimas, prometo buscarte
en mis entrañas nuestros juegos, nuestras risas, nuestras aventuras y hazañas...
te prometo que voy a mirarte de nuevo a la cara y que no voy a volver a sentir jamás que en vez de
una hermana tuve una falta, ya he arrastrado tu peso demasiado tiempo en un
esfuerzo inútil por tener presente tu recuerdo.
Te quiero, mi corazón está
contigo, espero honrarte en el camino hasta el día en que puedan volver a estar
juntos aquellos inocentes niños.
Y son los ojos de la luna los que dibujan tu sombra bajo mi figura, no puedo correr, ni pararme, no puedo huir ni disfrutarte, solo puedo acostumbrame a tu etérea forma de amarme.
En la noche, las luces del puerto siempre están encendidas, el faro esperará por las lanchas perdidas, la taberna brindará por las vidas vacías y mi ventana entreabierta aguardará el regreso de la luz del día.
Hoy chapoteo entre las ruinas de un imperio hundido con los torpedos de mi propio submarino, lloro dentro de mi barco herido, un llanto salado que gota a gota me sumerge más y más en el charco.
Y lanzo aforismos alumbrados con la lucidez de un sabio, prometiendo promesas prometidas, y aseverando certezas incumplidas.
Sano es el arrepentimiento, honesto es el perdón, dulce es el sueño del que sueña con un mañana mejor.
¡Camarero! apúnteme en la cuenta la letra de esta canción, que la compuse a la luz de la luna, pensando en el sol:
"...si he de morir lo haré amando,
si he de sufrir lo haré a tu lado,
porque nunca puede estar equivocado,
el que vive por amor."