Fotografía: Eric Bégin http://www.flickr.com/photos/ericbegin/377156649/
Y son los besos que no has dado los que siempre te han acompañado, esos que nunca te han defraudado, los que mil veces has evocado contemplando la luna tras el humo de un cigarro.
Son los que llevas en la cartera en el reverso de una foto vieja, los que anotaste con un punzón en un calendario que nunca cambia de año, y los que adornan una carta perfumada escrita a mano, que guardas en una caja de zapatos.
Son los besos del pasado que no ha pasado, los livianos, los chivatos que delatan a los que te han robado. Son los besos peregrinos de un perenne camino que recorres descalzo, esos que jamás te han traicionado y que nunca te han olvidado.
Más perfectos que un recuerdo, te abrazan por dentro y te templan el cuerpo, pero cada vez que los evocas aceptas su ponzoña, una gota tóxica que creíste innocua, pero que poco a poco te destruye como perfecta droga.
4 comentarios:
Ufff casi duele el final.
Me recordó al canalla Sabina en "y sin embargo":
-sabes mejor que yo que hasta los huesos
sólo calan los besos
que no has dado,
los labios del pecado-
Yo no te beso, te abrazo.
Los besos no dados, menuda incógnita. Dicen que ésos...nunca se olvidan.
Hola Nuda, si que conozco la canción de Sabina, por eso evité el rimar besos con huesos jeje. Al final siembre hay dolor, disfrutemos del camino. Gracias por el comentario y por el abrazo.
Si Aina, eso me contaron ¿a tí también? ¡Qué coincidencia! Seguramente sería alguién que guarda cartas en una caja de zapatos.
Gracias por pasar.
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