Photo by Donald Miralle/Getty Images News |
Hoy vi cuestas orgullosas que se erguían, que subían tan alto como las bailarinas y que se precipitaban suicidas sin miedo a su propio final.
Hoy vi pendientes independientes que te retaban a ser bajadas, hoy vi cometas hechas con tablas y surfistas convertidos en anclas.
Hoy vi ondas de energía deslizarse silenciosas bajo mis piernas y estallar furiosas contra tierra.
Hoy vi ovillos marinos enroscándose sobre si mismos, vi aguas turbulentas formando remolinos y barquitos de papel apunto de ser engullidos.
Hoy vi como la naturaleza pagaba la recompensa a los que cumplieron penitencia, y a los que lograban no ser presa de una presa que se cernía furiosa sobre sus cabezas.
Hoy vi que San Pedro callaba, y como mandaban las olas que mandaba Poseidón, ellas dictaron las condenas y el perdón, ellas abrieron y cerraron los huecos que dan paso a la eterna salvación.
Hoy vi a un puñado de almas reflejarse en el filo de la navaja, hoy vi bocas abiertas que callaban y miradas extraviadas llenas de palabras.
Hoy vi vidas llenas de gracia donde otros sólo ven fábula y agua.