Un flequillo marrón, negro y dorado, cortado a bocados, hace de albero de unos ojos castaños difuminados por la bruma de un sempiterno cigarro, que se balanceaba temerario, en la comisura de sus labios.
La constelación de casiopea brilla marcada por metales y aretas, en nariz, ceja y orejas, y de fondo, un firmamento de planetas se desperdiga por su rostro en forma de pecas.
De su tobillo derecho nace un tatuaje en forma de enredadera que serpentea por su torneada pierna hasta la cadera. Con un invisible abrazo recorre su estrecha cintura y reaparece en el otro lado, como truco de mago, para seguir trepando por su cuerpo en dirección al brazo. Justo antes de llegar a la extremidad, hace un quiebro en diagonal, y culebrea travieso hasta la base del cuello.
En mis brazos un ángel endemoniado yace plácido boca a bajo, con las yemas de mis dedos recorro su cuerpo sudado, dibujando principios amargos y finales azucarados. Al final de su espalda, donde mi mano no alcanza se alzan firmes dos nalgas aterciopeladas, que son templadas por la suave luz de la mañana que se cuela por la ventana.
Se levanta despacio y se sienta de espaldas en el borde del camastro a la vez que me tiende el brazo.
Al incorporarse nuestras manos se van deslizando poco a poco hasta perder contacto, mientras se va alejando en dirección al baño.
Chasca el mechero que hace crepitar la plata mientras el caballero negro se hace etéreo.
Escuchando el bullir del veneno lloro por dentro, roto de amor, muerto de miedo.
10 comentarios:
Genial entrada ésta, Fernando. Llena de matices y detalles. Y la traca final, de remate.
Gracias Aina, de verdad, sólo con que te pasases a comentar, ya sería lo mas, pero si encima tus comentarios son positivos, ya doy por buenos mis escritos. Muchas gracias.
Bueno, triste, pero real, cuanta gente buena tiró el caballo.
La verdad que si Luis, esperemos que la protagonista lo deje.
Touché!
Besos de otoño.
Gracias Magenta, esta historía bien podía haber acontecido en una habitación de tu Motel jeje.
Pues sí. "Da pa ello".
En mi Motel hay historias de todos los colores. Y algunas son bien oscuritas... ¡Otro beso! ¡Y a ver cuando te veo por el muro con el cochecito del baby, que el tiempo pasa volando!
Si todo va bien, a finales de enero estaré impulsando el carrito por el paseo.
;)
uuummm muy interesante y sugerente. me ha gustado!.
Enhorabuena.
Gracias Julianín. También me he pasado por tu blog y me ha gustado, no dejaré de visitarlo.
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