Tan bella por fuera como por dentro,
tan fuerte el gozo como el tormento,
tan grande el júbilo como el lamento,
tan dura la espera como el momento.
Para vivir hay que haber nacido primero y haber muerto ciento.
Lo que silba el viento son susurros de otros tiempos, afilados cuchillos de acero envueltos en terciopelo.
martes, 14 de octubre de 2008
sábado, 11 de octubre de 2008
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