miércoles, 19 de octubre de 2011

CUANDO CLAVO MIS OJOS EN TU AGONÍA




Amo ese momento en que hablamos y callamos, en el que bailan nuestras manos por la pista de nuestras ropas, en el que te toco, en el que me tocas, y en el que se juntan nuestras bocas.

Cuando lo más limpio es jugar sucio, cuando la razón es la enajenación, cuando me falta el aliento, cuando mi reino es tu reino y reinas con firmeza blandiendo el cetro con tu mano regia.

Cuando el rigor te impide pensar en otros, cuando la sangre te nubla el nosotros, cuando te aíslo a empellones y te pierdes con mi hombría en tus sucias ensoñaciones.

Cuando unidos por la mecha, sueñas con que ésta se encienda para poder explotar, cuando me pongo duro y te empujo, lo justo, para que no abandones sin mí este mundo de procacidad.

Cuando una y otra vez, firme y suavemente, te violo la mente, dejándote entre la vida y la muerte sin fuerza ni voluntad, con un verbo inerte que se ahoga en su propio respirar.

Cuando clavo mis ojos en tu agonía y me gritas sin hablar, que te abandona la vida, que ya no puedes más y que necesitas una vía por la que poder escapar.

Es entonces, cuando nos elevo a 1 metro del suelo y te mantengo sin volar, entre el cielo y el infierno, un segundo, un minuto, un pequeño mundo de ingrávida maldad, en donde espero a que te desbordes en un flujo mutuo de sinceridad.    

2 comentarios:

Amalida dijo...

Guau, que hermoso... felicidades al autor.

Fernando Ferrao dijo...

Muchas gracias Amalida.