miércoles, 3 de agosto de 2011

RED




Ketty se había divorciado hacía 6 meses y desde entonces no habíamos podido quedar, me enteré de lo suyo como un par de meses más tarde, y cuando la llamé, ella estaba en las islas Scheichelles, en una escueta conversación telefónica me comentó que estaba descansando tras haber arreglado todos los papeles de la separación, que ya me llamaría a la vuelta para quedar.

Su llamada, un par de semanas más tarde, coincidió con el ingreso de mi padre en el hospital, le operaban al día siguiente de la próstata y quedamos que la llamaría cuando estuviera menos liada, pero un ingenioso plan de despidos voluntarios de mi empresa aplazó el encuentro varios meses más, un plan que avalado por el articulo 33 nos planteaba unos horarios de trabajo aleatorios y totalmente arbitrarios, encaminados a doblegar la voluntad de los menos necesitados, mientras el resto nos aferrábamos a la grupa de un toro desbocado, que trataba de sacudirnos de su lomo y de rematar, a los que iban cayendo, con el rabo.

Por fin nos citamos en una cafetería de la Calle Ortega y Gasset, aprovechando que ella iba a recoger unos encargos y a mi me quedaba cerca del trabajo. De camino no podía parar de pensar el en shock, Borja y Ketty divorciados, un matrimonio tan ideal, siempre juntos, siempre tan perfectos, con sus cuatro hijos monísimos de la muerte, sus pisazos llenos de criados y de baños, lo de los baños siempre me ha llamado la atención, siempre he soñado con tener uno para mi sola. Nosotros compartimos uno para cuatro y de criada, de momento estoy yo, aunque el día menos pensado lo mandaré todo al carajo, no se cómo ni cuándo, de momento me vale sólo con pensarlo.

Desde que conocí a Ketty en la universidad siempre la había admirado, su belleza, su estilo, su seguridad en vivir la vida de la manera “correcta” para que siempre le sonriera, y así le fue sucediendo, por lo menos hasta ahora. Mucha gente la criticaba y la tachaba de snob y de superficial, yo lo achacaba a la envidia y a que no la conocían. A mi, ella siempre me había tratado bien, siempre se había preocupado por mí, siempre me había escuchado y a mi me encantaba escucharla a ella y soñar despierta con tener sus problemas.

Ésta vez, me iba a tocar consolarla y aconsejarla, algo para lo que me sentía preparada, y que en cierto modo me gustaba, pues esta situación invertía los roles de nuestra relación. Tenía preparados los tópicos de siempre, como “la vida no acaba”, “comienzas una nueva etapa”, “aquí me tienes para lo que haga falta” y luego según fuera la conversación ya iría improvisando, una voz me sacó de mis tribulaciones

- ¡Rosa! Aquí

Ketty agitaba la mano izquierda sentada en una terraza, mientras con la derecha apoyaba el móvil contra su oreja.

- Luego te llamo, venga, chao. Ay hija, si no lo hace una parece que no saben, pero ven, dame dos besos y siéntate. Qué ganas tenía de verte, pero chica es que no paro, la mudanza, los niños que me llaman para todo ¡Ay! perdona, que no te pregunté ¿Qué tal tu padre?

- Bien, ya está mejor, bueno mejor de la operación, porque ahora se le está yendo la cabeza y mi madre ya no está para cuidarlo, no sé si los tendremos que llevar a una residencia, porque en mi casa no cabemos, pero yo me muero de pena, y así andamos, pero bueno, hoy no te quiero contar yo mi vida ¿tú qué tal? ¿cómo lo llevas?

- Fenomenal, estoy encantada con la casa para mi sola, bueno, aunque últimamente no estoy sola ni un día, a los niños les ha dado por acordarse de que tienen madre y no paran de visitarme, si no es la pequeña es el mayor, y sino alguno de los otros dos, que como por suerte, Nicolás y Joaquín están fuera sólo vienen los puentes. Pero por lo demás todo muy bien, Borja se quedó con el piso del centro, que le queda más cerca del trabajo y yo con el chalet, que estoy pensando en reformarlo.

- ¿Entonces lo llevas bien?

- Que sí mujer, si lo sé le hubiera pedido yo el divorcio antes, porque lo del lío de la secretaria hacía tiempo que lo sabía, pero aguanté por los niños, ya sabes, ahora el problema lo tiene él, a ver como le cuenta a la secretaria que se ha enamorado de otra. Qué ganas de complicarse la vida con el amor, para mi el amor de mi vida ha sido él, me ha dado 4 hijos maravillosos y siempre le querré, pero ni se me ocurriría enamorarme a estas alturas de un señor, no hija no, para eso me compro un perro, y porque tengo finca, y no lo tengo que sacar de paseo, que sino, ni perro ni nada.

- Bueno Ketty, es normal que ahora pienses eso, pero ya verás como con el tiempo cambias, aunque sólo sea por darle una alegría al cuerpo.

- ¡Uy! ¿Por sexo? Pero si para eso ya no hace falta enamoramiento, eso era en otros tiempos, cuando nosotras éramos jóvenes e inocentes, vamos, tontas. Hace un mes, conocí a un chaval de 35 años, guapísimo, amable, atento, un par de veces por semana me da un repaso que me quedo en la gloria ¿Conoces los masajes con “final feliz”? pues éste me lo hace al revés, después de follarme me da un masaje que me deja muerta, cuando me despierto sólo me encuentro una nota en la almohada que me dice “hasta el jueves” los martes, y “hasta el martes” los jueves. Una maravilla, lo único que merece la pena de los hombres en su dosis justa y sin efectos secundarios. Deberías probarlo.

- Sí mujer, ¿Y Ramón?

- Ramón que lo pruebe también y que te deje un poquito en paz.

- Si, en paz, en paz, ya me deja, pero ¿Tú me ves a mí yendo a ligar a un bar, a estas alturas de la vida? Yo la verdad no.

- ¿Pero qué ligar ni qué bar? Si esto se hace por Internet, a mí me lo enseñó mi amiga Carmen, Titina, te das cuenta, la que estaba con Román, la de los caballos.

- Ah, sí, Titina.

- Pues esa, un día me envió un mail en el que me decía:

“Hola Ketty, ya me enteré de lo de tu marido, no te voy a sermonear ni quiero quedar para llevarte pañuelos y que te seques las lágrimas con ellos, sé que eres una mujer fuerte y que esto lo vas a superar. Como lo de que la mancha de una mora con otra verde se quita, es una chorrada como un piano que le sirve a los pusilánimes que no saben vivir solos, te voy a recomendar un entretenimiento que te va a venir bien, por lo menos, para que te vitalices por dentro, sin complicarte por fuera. Tú sólo pincha en el enlace “http://tinyurl.com/twoherartsinvitation098735"El enlace, resultó ser de una página de solteros y solteras, como una red social pero muy exclusiva, en la que metes tus datos, tus gustos, tus aficiones, como te gustan los hombres, o las mujeres, si buscas relación, si sólo quieres amistad… y al final eliges si quieres ser “Escogible” o “Escogedor”. Si eres “Escogedora” nadie puede ver tu perfil, y tu puedes ver el perfil de los “Escogibles”. Si eres “Escogible” entonces tu perfil es público y se pueden poner en contacto contigo tanto “Escogibles” como “Escogedores”. Además, el sistema te ordena, según la afinidad con tus gustos y tu perfil, a los candidatos más compatibles.

- Ay mujer, pero a mí me da cosa.

- Ni cosa, ni coso, yo te mando la invitación y te metes, pones que quieres ser “Escogedora” y miras sin ningún compromiso, si no te gusta te borras y ya está, ya verás como aunque sea, te echas unas risas cotilleando, no pierdes nada, y mira, a mi me salió Jaime el primero en la lista, ya sabes, el de los “happy end”, y que quieres que te diga, me da la vida.

Tras un par de cafés más, nos despedimos con la promesa de vernos sin dejar pasar tanto tiempo, y me volví al trabajo. Esa noche, durante el trayecto de vuelta a casa en metro, repasé el encuentro, de cómo había acudido dispuesta a socorrer a una amiga y de cómo su entusiasmo le había dado la vuelta a la tortilla, de cómo sus “no-problemas”, ni ficticios ni reales, hicieron que tuviera que tragarme el discurso que tenía preparado, dejándome un regusto amargo, pues sólo me quedó mi vida para pasarlo.

Al llegar a casa, agradecí, que hoy fuera uno de los pocos días al año que me encontraba sola en casa, bueno, que estaba sola, porque sentirme, hacía bastante tiempo que me sentía sola, que me sentía como un capitán de un barco sin tripulación, sola con unos polizones, tan dependientes y vagos, como faltos de empatía.

Ramón estaba fuera por motivos de trabajo, y los niños estaban en el pueblo con mis suegros. Cené viendo la tele en el salón, pero sin prestarle mucha atención, escuché algo de que Marlen Esteban, acusaba a su expareja, el famoso cantante Luis Manuel, de no pasarle la manutención que había fijado el juez, todo ello en un tono irritante, mientras el resto de los participantes en el guirigay, trataban de imponer sus tesis, por el método de el que más grite más razón lleva, convirtiendo el programa en una espiral de sinrazón que me llevó a apagar definitivamente el televisor.

Me serví un vino blanco bien fresquito, le di un sorbo de pie frente a la nevera, guardé la botella, cerré la puerta, y me dirigí al dormitorio de mi hijo el mayor, con la copa en la mano. Antes de sentarme frente a su ordenador, apuré otro trago, la posé en la mesa y mientras me reclinaba sobre la silla apreté el botón de “on”. La melodía de inicio de Windows, me sorprendió dándole un tercer, y casi definitivo, trago al Alvariño. Abrí mi correo y me encontré 6 mails sin leer, tres eran del pesado de Javier, mi compañero de trabajo, que no hacía más que enviar tonterías, vídeos de gente absurda, o chistes machistas sin gota de gracia, o un mail que deberás de reenviar a 20 de tus contactos para no romper la cadena y que un niño en Guatemala pueda encontrar a su madre. Otro de los 3 emails restantes era de Hotmail, el otro me ofrecía viagra y por último encontré el que buscaba, el que Ketty me había enviado con el encabezado “No seas tonta, no pierdes nada. Besos Ketty” el cuerpo era una simple línea en color azul subrayada sobre la que hice un clic con el botón izquierdo del ratón "www.tinyurl.com/twoheartsinvitation098735"

Se abrió una página de fondo blanco, en la que las palabras “Two Hearts” ocupaban la totalidad del ancho superior, justo bajo ella y en color escarlata, rezaba la frase “Dos corazones para un sólo amor”, en una columna en el margen izquierdo se sucedían una serie de fotografías de chicos y chicas jóvenes que se agrupaban en cascada bajo el título “Chat en vivo”. Un menú central compuesto por varios botones rectangulares: Regístrate, Últimas noticias, Testimonios, Accede. A su derecha una fotografía de una mesa redonda vestida con un mantel negro, en la que destacaban unas apetecibles viandas iluminadas con la luz indirecta de dos velas, a cada lado de la escena dos siluetas enfrentadas se disponían a brindar. Bajo ellos se anunciaba “Gana un fin de semana romántico”. Justo debajo, y parpadeando, se infería de nuevo “Regístrese ahora”.

Me sentía nerviosa, como apunto de hacer algo prohibido y sucio, seré mojigata, me reí de mi misma, situé el puntero del ratón encima del botón de “Registro”, apuré el último trago y presioné con el dedo índice de mi mano derecha.

Un formulario se desplegó en vertical y lo fui rellenando, primero se pedían los datos personales normales, edad, nombre, dirección, etc. y muy seria, como si de un formulario oficial, completé los campos. El siguiente bloque era el de los gustos y aficiones, las respuestas a estas cuestiones fueron mas meditadas lo que me hizo ser políticamente correcta respecto a mis respuestas. Ahora tocaban las predilecciones sobre la pareja buscada, en esta sección se me instaló en la cara una sonrisa tonta mientras tecleaba. Finalmente tuve que escoger si deseaba ser “Escogedora” o “Escogible”, obviamente marqué la opción de “Escogedora” y acto seguido me levanté a la cocina a servirme otro trago.

A la vuelta, releí lo que había puesto con una sonrisa tonta, mientras asentía con la cabeza confirmando mis criterios. Rosa, 51 años, casada, ama de casa, soy extrovertida, me gusta el cine, bailar, pasear, prefiero el campo a la playa. Pareja ideal: romántico, sincero, divertido, espontáneo y caballeroso, edad entre 45 y 55 años, que le guste dar masajes y salir al cine, y cenar… ¿y a quién no le va a gustar alguien así? Pulsé “OK” y apuré la copa.

La página se quedó en blanco en el centro apareció un corazón que aumentaba y disminuía de tamaño, simulando latir, bajo él, una barra de progreso 1, 2, 3, 4, 5% y al pie de la misma la frase “Buscando Afinidades, por favor espere”. Mientras buscaba me puse a pensar en lo que le faltaba al formulario, todas las pequeñas cosas que día a día convertían a un príncipe azul en un parásito marrón… ¿y si ronca?, o le huelen los pies, o prefiere ver el fútbol antes que hacer cualquier otra actividad social ¿Pondrá excusas para no ir a comer con mis padres? O dejará todo sin recoger hasta que lo haga yo, y luego seguro que será el típico que alardea en público que ayuda en casa ¿Ayudar? ¿Habrá expresión más machista? La sonrisa se me fue borrando, otro trago, 35, 36, 37% parece que tarda en cargar, mejor que busque bien, y que no me salga uno de esos que están obsesionados con el deporte, y que desaparecen los domingo enteros para irse a cazar, o a pescar o a navegar a vela, o peor, esos que se quiera llevar a la familia entera al monte ha hacer rutas, haga sol, truene o llueva. Con el ceño fruncido le di otro sorbo al vino, 66, 67, 68% ¿No será de los que se para a la vuelta del trabajo a tomar algo? primero una cerveza de vez en cuando, con los años un vinito a diario, hasta que sin darte cuenta comienza a llegar todos los días borracho. 89, 90, 91% Apuré la copa y la apreté con fuerza en mi mano, un sudor frío empezó a recorrerme el cuerpo, me comenzó a entrar el pánico, y es que, en este mundo moderno con su informática y sus avances, sus infinitas posibilidades de relacionarse, nada me garantizaba nada, mas bien todo lo contrario, ya que se hace más fácil el engaño. Con sus decorados digitales, sus melodías descargables, sus perfumes virtuales y sus múltiples opciones personalizables, te hacen ir configurando el cebo que quieres morder, para al final caer atrapada en una red que tu misma acabas de tejer.

De un brusco tirón desenchufé el ordenador ante la horrenda posibilidad que me saliera en la pantalla la foto de otro Ramón, si de otro, porque el mío ya se que no, no porque creyera a ciegas en su fidelidad y su amor, que iba a ser que no, sino porque es tan zopenco que no sabe ni coger el ratón.

6 comentarios:

Una dijo...

Jajaj, no cnates victoria, que no sepa usar el ratón no significa que no sepa cómo ligar. De todos modos...la curiosidad mató al gato y si has ido una vez, irás otra.

Fernando Ferrao dijo...

Si vuelve ya te contaré jejeje.

Jose Ramon Santana Vazquez dijo...

...traigo
sangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...


desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ


COMPARTIENDO ILUSION
FERNANDO

CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...




ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE TOQUE DE CANELA ,STAR WARS, CARROS DE FUEGO, MEMORIAS DE AFRICA , CHAPLIN MONOCULO NOMBRE DE LA ROSA, ALBATROS GLADIATOR, ACEBO CUMBRES BORRASCOSAS, ENEMIGO A LAS PUERTAS, CACHORRO, FANTASMA DE LA OPERA, BLADE RUUNER ,CHOCOLATE Y CREPUSCULO 1 Y2.

José
Ramón...

Fernando Ferrao dijo...

Saludos a la luna, a esa luna que llora de espaldas a un mundo loco lleno de voracidad, las lágrimas ruedan por su cara oculta mientras por la espalda le clavan carteles de publicidad.

Gracias José por pasarte, para mi gusto te sobró el último párrafo.

Un saludo.

Luis Bericua dijo...

Muy bueno el final, por cierto que en el link, como no, toqué y me dio error. Casado hace 33 años y cinco de novios, no podía ser de otra manera.

Fernando Ferrao dijo...

Jajaja, la verdad que cuando lo redacté no pensé que iba a aparecer como un link y cuando lo vi publicado yo también hice click jajaja... si lo se lo redirijo a algún sitio de contactos.