jueves, 12 de febrero de 2009

FANTASMAS MAGROS

Él, lleno de ardor y desprecio, pensaba en el final, ayudado por una espesa niebla que le robaba la luz al día y los colores a su vida, mientras le empapaba a cada paso con oscuros pensamientos que le deprimían. Calado hasta los huesos de preguntas sin respuesta aceleró el paso y trató de darles esquinazo ocultándose tras un cigarro, pero proyectadas en el humo que exhalaban sus labios le atacaron imágenes macabras, de cuerpos mutilados apilados en cajas, de fantasmas magros levitando de ganchos, de aves degolladas que aún caminaban, de excesos olvidados y vicios cotidianos que le perseguían sin descanso para atormentarle a diario, esperando el momento final en que ya no le hiciera efecto el bicarbonato.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuanto cambio e intercambio...cambian los corazones recortados, teñidos y coloreados por máscaras de ojos huecos y mirada vacia....la calle cada día se asemeja más a un bar.
Menos mal que al menos nos queda la sonrisa que no falla y cumple la misión de sembrar cualquier esqueje y cultivar nuestra ilusión...Ánimo muchacho que la oscuridad es alimento de la noche y buena musa de textos pero peligrosa si te invade.

Fernando Ferrao dijo...

Cuanta más oscuridad, más sembrados los renglones, que regados de rencores crecen como enredadera mágica creando más y más sombra. Ahora se me hizo de día y me distraigo con cualquier simpleza, especialmente si levita, bambolea o tiene vuelo errante.

GRACIAS.